PALABRA DE ANTONIA RAMIREZ CRUZ, MADRE DE DANIELA Y VIRGINIA, JOVENES TRIQUI DESAPARECIDAS DESDE 2007.

PALABRA DE ANTONIA RAMIREZ CRUZ, MADRE DE DANIELA Y VIRGINIA, JOVENES TRIQUI DESAPARECIDAS DESDE 2007.

Desde mi comunidad el Rastrojo, Copala, vengo a hacer acto de presencia nuevamente ante la opinión pública, al observar que durante 6 años, la justicia del hombre no se ha hecho efectiva para esclarecer la desaparición forzada de mis hijas Daniela y Virginia.  El día de hoy, representa para mi corazón, el dolor más grande que una mama pueda experimentar, negarnos a mi familia y a mí la oportunidad de convivir con ellas, de acompañarlas en la lucha por sus sueños y objetivos…  ¡desearía que hubiera sido solo un sueño pero representa una pesadilla!, la misma que vivieron mis hijas en manos de sus captores el día jueves 5 de julio de 2007. 

Días antes, mi hija Virginia, profesora de profesión, me informo que tendría que viajar a San Marcos Xinicuesta por sus cosas debido a que se iba a cambiar de su centro de trabajo a La Luz Llano Nopal y pidió que su hermana Daniela (estudiante de secundaria)  la acompañara, comento que solo estarían los días 5 y 6 de julio por la mañana ya estarían de regreso en nuestra casa. Como no se comunicaron tal como lo acordamos decidí hablarle al celular de  mi hija Virginia el día 7 de julio y grande fue mi sorpresa que quien me contestó fue un hombre, colgué porque pensé que había marcado de manera equivocada, al volver a intentarlo nos contestó una mujer, le pregunte por mis hijas Virginia y Daniela, pero me contesto “aquí no vive, no la conozco”, me preocupó que mientras me respondían, se escuchaban voces de hombres, música y de botellas.

Por lo que decidí buscar a mis hijas, pregunte insistentemente en las localidades donde estuvieron, en las terminales de la Suburban y taxis, sobre su paradero pero nadie me daba respuestas.

Al enterarme más tardes que mis hijas está a manos de los delincuentes fue la noticia más dolorosa que he recibido en mi vida, ¡No entiendo porque en contra de ellas, que culpa tienen!, esta desesperación me acaba día a día, desde su desaparición hasta el día de hoy vivo sin vivir, siempre tuve y tengo la esperanza que mis hijas están vivas y que las voy a poder abrazar.

Hasta el día de hoy, la Procuraduría del Estado no nos ha dado respuestas concretas sobre nuestras demandas de presentación con vida de mis hijas.

Hoy nuevamente, a nombre de Virginia y Daniela vengo a exigir justicia, vengo a exigir el castigo a los responsables, vengo a exigir que me entreguen a mis hijas, quiero confiar una vez más, en que sí existe la justicia del hombre y sobre todo  de nuestras autoridades

¡Hijas mías! Daniela y Virginia, con todo este dolor de madre, les confieso que he recorrido por un largo proceso y un camino muy agreste, en donde he encontrado oídos y corazones que se unen a nuestra causa, no sé si comprenden mi dolor porque aun con mi tez indígena me han arropado, pero también he encontrado oídos sordos y corazones que piensan que tal vez nuestra sangre triqui no tiene sentimientos, porque piensan que nos acostumbramos a vivir en un ambiente de violencia, lo que no saben es que también somos víctimas de ella, pero aquí estamos en pie de lucha.

Hoy mi huipil rojo representa mi esperanza, porque las mariposas de colores, bordadas una a una con fe y esperanza, realizan su metamorfosis convirtiendo en luz, esperanza y paz a nuestros corazones triquis, que aun con cicatrices hemos sido capaces de priorizar la construcción de un nuevo futuro y ante esta condición, hijas mías solo les digo:

¡¡¡Resistan, luchemos hasta el final,  porque cuando se haga  justicia, serán libres como las mariposas de nuestro huipuil!!!

¡¡¡Si noestán ellas…… no estamos todas!!!

5 DE JULIO 2013.